"...esa noche me desperté con el ruido que hacen los gatos en la azotea, y es que los gatos solo hacen ruido en la azotea por razones de apareamiento creo yo, por que siendo de otra forma no e visto pelearse a los gatos por un trozo de pan o lo que fuere, pero si se trata de una felina que está en celo ahi la cosa se pone belicosa... fuí a ver que era lo que pasaba, o a interrumpir el acto, ya que con tanta bulla que hacian no me dejaban dormir; en el subir de la escaleras cogí un palo con el que intentaba asustarlos, ya que no soy de agredir a nada ni a nadie...fué en vano, solo llegué a observar en la penumbra de la noche los cachivaches viejos que siempre estan acinados en las azoteas...pero decidi poner atencion al menor ruido y correr a asutar al felino o felina ...solo la ligera brisa nocturna era audible ... esperé un momento mas y fué cuando escuche un sonido entre quejido humano y murmullo de gato... me acerqué un poco mas hacia el lugar de donde procedia aquel ruido extraño...solo pude distinguir dos ojos malignos y amarillos que me miraban y parecian agrandarse y achicarse en cada segundo que pasaba ...el miedo me hizo trastabillar al querer correr hacia la puerta ...lo que recuerdo es que trataba de luchar contra unas garras que me herian y una enorme boca llena de dientes delgados y largos como agujas que mordian mi rostro...no recuerdo mas...."
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